Killzone 2


De 10. No se pueden tener reparos en adjudicar la nota más alta a Killzone 2, con permiso de Metal Gear Solid, después de un juego que se presenta como el derroche más absoluto de adrenalina, nivel técnico y detalle jamás conseguido. Guerrilla acabó haciendo buena la espera, quizá demasiada, desde que anunciara el segundo capítulo de la saga que comenzó en PS2 (y que tuvo un más que notable escarceo en PSP con un juego de acción táctica), y puso sobre la mesa lo que todo el mundo consideraba desde la primera entrega como el legítimo competidor de Halo de XBOX.

Dicho y hecho. Guerrilla ha sabido responder al reto con un juego no obstante demasiado corto en su campaña para un solo jugador (apenas 8 horas he tardado en acabármelo) pero que junto a su espectacular modo multijugador, afronta lo que parece ser el desenlace final de la confrontación entre las fuerzas ISA y Helghast, aunque el final del segundo capítulo deja más que abierta la interpretación a otra posible entrega.
Killzone 2 parte de la trama argumental con la que finalizaba la primera entrega. Después del ataque Helghast, ahora toca el turno de acabar con la amenaza enemiga atacando su propio planeta: Vekta, un planeta hostil, casi con vida propia, donde nos meteremos en la piel del sargento Sev, un tipo duro curtido en la guerra y miembro del pelotón Alpha, que pisarán el terreno enemigo con la primera oleada del ataque. Su objetivo, capturar vivo al general Visari, una especie de Hitler alentador de la furia helghast.

La dureza del terreno así como de los enemigos, cuya IA es absolutamente espectacular, convertirán ciertos momentos de la batalla en un absoluto caos de disparos, heridos, desesperadas llamadas a los sanitarios o algaradas de los enemigos. Todo ello aderezado en un inicio propio del Desembarco de Normandía con el que se pone inicio a una historia de venganza que merece, tras disfrutar del juego, de una tercera continuación.
Si Bioshock y Call of Duty 4 Modern Warfare (aún no he podido capturar en el mercado de segunda mano las secuelas de ambos títulos) habían mostrado de lo que era capaz la PS3, Killzone 2 vuelve a elevar el listón con un juego con un argumento tan atractivo como consolidado en el que enumerar sus virtudes parece una misión imposible. Desde el punto de vista gráfico, Killzone es de lo más potente que ha pisado PS3 o cualquier otra plataforma. Los efectos de las explosiones, del terreno y los escenarios, destruibles, son simplemente espectaculares. Pero si interesantes son los mismos no menos lo es la IA enemiga. Si la de tus propios compañeros a veces es un tanto simple, los soldados helghas presentan unos patrones de combate lógicos. Se cubrirán si les disparas, te lanzarán granadas si te escondes, te flanquearán por los lados si te agazapas y recompondrán sus filas si flaque el flanco. En definitiva, una serie de roles nunca vistos que apetezca rejugar el título elaborado por Guerrilla. La experiencia para un solo jugador se une a una versión multijugador online que recoge la esencia sembrada por el ya clásico Counterstrike. Dos equipos, de 16 jugadores cada uno, se enfrentarán a través de escenarios obtenidos del propio juego, donde las numerosas batallas animan cada uno de los enfrentamientos.

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