(Diario de Ávila)
Quizá, desde su sillón consistorial, piense que 'cualquier tiempo pasado fue mejor'. Qué recuerdos aquellos. Se cumplen dos años desde que el Partido Popular de Ávila paseaba su flamante capacidad de derroche por el paseo de El Rastro anunciando sus nuevas medidas para la limpieza de la ciudad y sus barrios anexionados, algo por otra parte de justicia ante una expansión de la ciudad no correspondida con los mismos servicios.
En la misma se movía, orgulloso, sabedor de quien se siente y se sabe omnipresente en la ciudad, entre la nueva maquinaria de limpieza con la que contaría, desde ese momento, la concesionaria del servicio. Ampliación de medios, de personal e incluso una nueva nave en el Polígono de Las Hervencias eran algunas de las medidas que orgulloso planteaba ante los medios. Eran tiempos de bonanza.
Dos años después la realidad ha cambiado las tornas. Hace apenas unas semanas Félix Olmedo, teniente alcalde de Economía y Hacienda, hacía propósito de enmienda. Ya no hay dinero y 'donde dije digo digo Diego'. Vamos, que lo que venía a plantear es que habrá que recortar.
El Partido Popular quiere que en Ávila no se recoja la basura ni festivos ni fines de semana. Vamos, todo un avance para una ciudad de 60.000 habitantes en la que el lema en los camiones de basura es 'juega limpio'. Medida que llevaría aparejada, por cuestiones obvias, la reducción de nóminas. Vamos, despidos. A la ya mermada plantilla se le vendría encima una nueva reducción que podría ser hasta de un tercio, haciendo cálculos a simple vista.
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