Las cosas empeoran. Cada día más. Hacer predicciones en economía en el presente es apenas pasado una hora después. La cascada de malas noticias y nuevos datos impiden afrontar la situación con una idea meridianamente clara de lo que ocurre. Una situación que va cogiendo velocidad de crucero hacia una fractura social que ha de impedirse a toda costa y que podría ser desencadenante de mayores problemas.
A la falta de trabajo y la constante destrucción de puestos de trabajo, los cuales no se recuperarán simplemente con un consumismo patriótico, apoyado por el 'impaciente' ministro Sebastián, ahora se une la peor noticia para un partido político que tiró de optimismo electoral hace apenas un año. Por primera vez desde hace dieciséis años (1993), la economía española ha entrado en recesión. No sólo se veía venir sino que la Unión Europea ya lo había transmitido a las autoridades españolas, las cuales optaron por hacer caso omiso.
Todo ello aparece ahora aderezado por la llamada del pertinente 'mileurista' de turno, el gobernador del Banco de España, que llama a reformar el mercado laboral buscando una mayor flexibilidad. Parece increíble, o mejor dicho vergonzoso e indecente, que desde el sistema financiero, causante de los mayores desmanes en esta crisis, se carguen tintas contra los trabajadores. Después de que el Gobierno, con el dinero de todos, salvara los sueldos de los directivos de los grandes bancos, que no su liquidez, ahora los mismos claman para pedir de forma más o menos directa la flexibilización del despido...
Comienza un 2009 muy duro pero se atisba un 2010 aún peor. Empieza un año en lo que todo queda supeditado a la crisis. Bueno, todo no, porque el dinero destinado a la Corona no sólo no se congeló sino que se incrementó. Los gobernantes, no sólo españoles sino mundiales, han dejado patente que su capacidad política es equivalente al dinero de las arcas municipales, regionales o estatales. Ahora que falta se encuentran paralizados...Mal camino.
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