Sigue necesitando Nissan, o mejor dicho, sus trabajadores una mayor implicación tanto del tejido político como social de Ávila para sacar adelante una de las crisis más profundas de la factoría abulense. Nula, por no decir inexistente, fue la presencia de ciudadanos en la última de las concentraciones realizadas por los trabajadores, a las puertas de la Junta de Castilla y León, más allá de los propios afectados. No acaba de calar en la ciudadanía la importancia que tiene la presencia de la factoría dentro del tejido económico de la ciudad, que podría resentirse profundamente y verse arrastrado por un eventual cierre.
Personalmente apenas conocía a un par, pero de vista a casi todos. Apenas encontré apoyo de gente que no perteneciera a la empresa. Quizá alguna madre. Algunos miembros de Izquierda Unida (Isabel Casillas) pero pocas caras más...
Adormecida y anclada en el conformismo. El Partido Popular puede estar orgulloso de haber convertido el tejido social de esta ciudad a su antojo. Probablemente es el mayor logro 'popular', que ha modelado a su antojo una ciudad que acata con devoción cada uno de los palos que llegan desde la Junta de Castilla y León, del Gobierno Central (cuando está en manos del Partido Popular) o del propio Ayuntamiento, que parece tener carta blanca en esta ciudad. Parecía que se les podía caer el cielo encima con la polémica del Moneo, pero no pasó nada; parecía que les lloverían palos electorales con el cierre de Lear, pero ni por esas; la sanidad y en concreto la crisis del servicio de oncología podían haberles hecho sonrojar, pero más allá de los propios afectados los ciudadanos optaron por hacer oídos sordos...Y ahora llega Nissan.
Se han apremiado populares y socialistas (tienen demasiados sillones y votos en juego) a salir a los medios, que no a la calle, a salvaguardar el honor y la honra de las instituciones cuyos partidos presumen gobernar. Palabras vagas, vagabundas que cada vez recuerdan más a la caída de Lear.
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