La abstención socialista a los presupuestos

Una quimera. Así resulta explicar las razones por las que el Partido Socialista de Ávila se ha abstenido a la propuesta de Presupuestos Municipales que el Partido Popular ha llevado al Ayuntamiento y que únicamente han llevado el voto en contra de Izquierda Unida.

A simple vista la abstención no es de por sí una opción mala, el problema surge cuando las explicaciones que el PSOE de Ávila ofrece de los mismos es que ni los apoya ni los considera buenos para Ávila. ¿Entonces? ¿Por qué se abstiene? La portavoz del PSOE abulense, así como sus concejales, buscó en los distintos medios de comuniciación abulenses sin conseguirlo explicar los motivos de una abstención cuyo único origen radica en una orden de partido para la que hay que remontarse al mes de octubre. José Luis Rodríguez Zapatero, en su entonces búsqueda de un consenso presupuestario actualmente roto, daba la consigna pública de que todas sus formaciones en la oposición no se opusieran a los presupuestos de los populares, fueran como fueran, y optaran por la abstención. "No queremos poner más piedras en la rueda de la economía" decía en un sinsentido político. Una maniobra política que en realidad trataba de conseguir el mismo resultado para sus presupuestos en la Cámara Baja (Senado), donde tiene la mayoría el PP.

Una maniobra, por tanto, totalmente alejada de los principios democráticos y de los ciudadanos. Y es que deja de manifiesto que, sin importar los deseos de sus votantes ni los principios fundamentales del sentido común, el PSOE da un cheque en blanco a unos presupuestos sea cual sea su resultado. Que son buenos, me abstengo. Que son malos, me abstengo igual ¿Para que les hemos elegido entonces?

El último Pleno Municipal, el de los presupuestos, fue una auténtica pantomima a la que colaboró, como protagonista principal, un PSOE que mendigó hasta el último momento que el PP les aceptara una sóla enmienda (no aceptó ninguna ni a PSOE ni a IU) con la que justificar su abstención. No lo hizo. Sabían los Populares de antemano que la partida estaba ganada. Mercedes enseñó sus cartas demasiado pronto y planteó un partido al empate. Y ya se sabe, cuando se sale a empatar se pierde. Y en este caso no sólo pierde el partido, sino sus votantes y la ciudad

Comentarios