Obama inaugura una nueva forma de hacer política


Algo ha cambiado tras la carrera electoral en EE.UU. Después de vivir las mismas como propias, con un seguimiento incluso más exhaustivo que a la propia política nacional por parte de los medios, lo cierto es que mucho pueden o deben haber aprendido los partidos españoles, especialmente del candidato demócrata. Barack Obama, o mejor dicho, su maquinaria publicitaria ha puesto en marcha toda una serie de mensajes en todos los niveles y soportes que han sido capaces de llegar a todos los estratos. Y lo que es más importante han sabido calar en la sociedad la idea del 'cambio'. Sin conocer los verdaderos entresijos y problemas de la sociedad americana, siempre vista desde fuera tras el velo de la 'tierra de las oportunidades' (lo cual sirve más bien para tapar las carencias), lo cierto es que el candidato demócrata ha sabido hacer de la palabra 'cambio' su mejor arma ante un McCain deshubicado y que ha caído constantemente en fuera de juego.

Sin obviar los gastos que cada uno de los candidatos han llevado a cabo en publicidad, los cuales traspasan con creces el límite de lo ético, no menos cierto es que algunos partidos políticos españoles debieran plantearse los nuevos términos de la publicidad electoral. Aunque formas tradicionales como el 'chocolate con churros' siguen funcionando en ciudades tan conservadoras como Ávila, no menos cierto es que es preciso alcanzar otros sectores que huyen del tríptico o la chapita del candidato. Internet se ha revelado como un arma (siempre de doble filo) para la venta y transmisión de mensajes políticos quizá no reales pero si convincentes.

Aunque el mensaje apoyado en el chocolate con
churros funciona en ciudades como Ávila, lo cierto es que se ha revelado que es
preciso emplear otros canales distintos al tríptico y el programa
electoral

Quizá la 'Nueva esperanza' (como reza la portada de la revista RollingStone) acabe siendo más de lo mismo. Quizá quiera pero no pueda. Quizá... Pero lo que es patente es que tanto él como su maquinaria mediática han sido capaces de hacer que todo el mundo le vea como la alternativa, el cambio.
Una imagen carismática, creible y mensajes directos ante lo que verdaderamente importa a la sociedad han bastado para plantar cara al poderoso McCain, ahora postergado a un plano secundario que nunca esperaban los republicanos.
'Yes we can'. Quizá sea cierto. Quizás...

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