La Cúpula del Hambre

Lo que aspiraba a ser un alegato contra la pobreza acabará siendo un auténtico despilfarro monetario y, lo que es peor, un monumento a la demagogia política. Y es que en esta vida, al menos la política, 'prometer, prometo, pero lo que es hacer...ya veremos'. Es una de las máximas con las que cada día se levanta el político medio en este país y con la que parece que está obligado a convivir día tras día el ciudadano. En este caso el monumento a la estupidez humana, o mejor dicho política, podría encarnarlo perfectamente el mausoleo de los 20 millones de euros o, como sus impulsores prefieren llamarla, 'La cúpula de los pobres', curioso nombre para una obra de arte que con un coste de 20 millones de euros pretende concienciar a la sociedad para luchar contra la pobreza.




En breve se inaugurará en la sala XX de la sede de la ONU en Ginebra la obra de arte del artista mallorquin Miquel Barceló. Una obra faraónica con la que decorar una estancia de la sede mundial y que será financiada por la Fundación Ounart. Hasta aquí parece todo normal pero los problemas han surgido, eso si, con la obra ya casi terminada, y cuando se ha conocido la procedencia del dinero. Y es que la Fundación, creada exclusivamente para financiar la obra, está participada por el Ministerio de Asuntos Exteriores (8,5 millones) e iniciativa privada. Una participación en la que el Ministerio ha considerado oportuno derivar la nada despreciable cifra de 500.000 euros de los Fondos de Ayuda al Desarrollo (FAD) a financiar una obra de arte.


¿Cuántas personas y por cuánto tiempo podían haber comido con
esos 500.000 euros? ¿Cuántas medicinas podían haberse comprado? ¿Cuántas
infraestructuras como pozos, escuelas, hospitales podían haberse puesto en
marcha con 500.000 euros? ¿Cuántos niños se habrían salvado?


Nunca lo sabremos. Nunca porque el ejecutivo de Rodríguez Zapatero, con Moratinos como ministro de Exteriores al frente, ha decidido desviar 500.000 euros del dinero destinado a paliar la pobreza a una obra de arte. La verborrea política del ministro (dado que el presidente ha evitado pronunciarse) no ha servido para ocultar una bochornosa situación que ha dejado al descubierto que 'no es lo mismo predicar que dar trigo'. Ciertamente tiene razón el ministro cuando afirma que "el arte no tiene precio", especialmente cuando no procede de su bolsillo sino del de todos los españoles. ¿A cuántos dará de comer esa sala? Lo que es seguro es que el PSOE por fín tendrá su monumento a la desfachatez, su legado póstumo (como el de Aznar y la medalla del Congreso de los EEUU). En tiempos de crisis el PSOE ha dado una auténtica lección de moral y ética.
Con cerca de 3 millones de parados, con EREs por doquier, con millones de euros destinados a salvar la banca pero no los empleos, etc, en resumen, en medio de una crisis galopante lo mejor parece gastarse 20 millones de euros en decorar una sala en Ginebra. Ciertamente la 'Cupula de los pobre' será más que nunca el recuerdo de aquellos a los que el Gobierno español hizo más pobres.

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