I have a dream


En Estados Unidos algo ha cambiado. Cuando Barack Obama era apenas un bebé, John F. Kennedy desplegaba todo un entramado de seguridad para que James Meredith, en Missisippi, pudiera asistir a la universidad ante las protestas racistas de la población universitaria. Ahora una persona de color es presidente de la primera potencia mundial. Como diría el diario El Mundo 'de la esclavitud a la Casa Blanca'.

Obama se ha convertido para el mundo en el símbolo del cambio, aunque habrá que esperar no sólo cuánto puede hacer en un país demasiado dirigido por los intereses de los lobbies, sino también sobre una sociedad desestructurada a la que ha conseguido durante el periodo electoral. La crisis, que ya alcanza todos los niveles, obliga a un cambio radical desde las propias raíces precisamente de un modelo capitalista que ha crecido al amparo de los economistas (y también su poderío militar) de Estados Unidos. Atrás quedaron, o deberían, los conflictos que llevaban por bandera la lucha del capitalismo contra su más acérrimo enemigo: el comunismo. Sin embargo las presiones no sólo le llegarán de dentro, sino también de fuera. Los neo-economistas europeos, amparados bajo el poder autoatribuido por el Banco Central Europeo, son reacios a renunciar a un pastel del que ha comido demasiado tiempo EE.UU. Ahora lo quieren ellos.
Pero para ello, para ver hasta dónde puede llegar, siempre quedará tiempo. ¿Cuánto? Lo que le dejen...
Al menos lo cierto es que su elección ha sido bien recibida por todos. Incluso el PP, siempre defensor de Bush. 'El cambio ha llegado' reza el Norte de Castilla, ' El cambio ha llegado a América' de El País, 'Comienza una nueva era' de El Mundo, 'Obama hace realidad el sueño americano' de El Diario de Ávila, muy semejante al 'Obama se presenta como el ejemplo del sueño americano' de La Razón son los titulares que se pueden ver hoy en la prensa.
Aquí en España su elección se ha visto como una victoria, victoria de todos los partidos políticos. Qué curioso resulta nuestro país cuando se trata de adjudicarse victorias electorales. Sólo parece perder Izquierda Unida año tras año. Siendo elegantes, los merodeadores del erario público han hecho gala del protocolo político a la hora de tirar de telegrama para mostrar su satisfacción. Desde Zapatero hasta todo el Partido Popular, que sorprendentemente tratan ahora de compararse con el propio Obama y su programa. No han faltado lindezas desde los escaños populares que han defendido que las medidas de Obama "nos pasan incluso a nosotros por la derecha".
Resulta curioso que un partido que, según los mentideros políticos, mandó a sus primerísimas espadas (Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre) a apoyar a McCain a dos mítines, ahora recurra a la labia y verborrea de Esteban Pons para defender que desde sus filas siempre se ha querido y apoyado al futuro presidente de EE. UU. Y es que Estados Unidos es mucho Estados Unidos

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