Mario Conde y sus valores

Algo extraño debe estar ocurriendo en el mundo de la economía cuando Mario Conde dedica sus horas a impartir clases magistrales reclamando de sus actuales homólogos los valores que él no tuvo allá por la década de los 90 cuando pasó de ser un reputado banquero a un hombre requerido por la ley (la cuál, como viene ocurriendo con demasiada frecuencia, muestra su benevolencia con le poderoso y su implacable brazo con el débil). Si bien su presencia en una Universidad de la Mística no pasa de ser anecdótica y más propia de un acontecimiento que burla el intelecto de los ciudadanos, es un ejemplo más de la locura en la que se encuentra inmersa la economía actual. Locura en la que, hasta el momento, sólo se ha escuchado las palabras coherentes de Felipe González, que ha dicho claro "si inyectamos liquidez para recuperar el mismo sistema que nos ha llevado a la crisis, qué estamos arreglando". El actual sistema capitalista, totalmente liberal y sin ningún tipo de control por parte de los gobiernos y entidades gubernamentales, ha quedado tocado en su línea de flotación con una crisis que van a pagar todos los ciudadanos pero de la que, como se está viendo, no va a responder ningún responsable económico ni público ni privado. El actual sistema financiero, que tantas veces rehuyó del intervencionismo, ahora lo reclama vorazmente con la amenaza de repercutir aún más sobre el ciudadano. Un arma de doble filo al que deberían responder los políticos pidiendo responsabilidades, evitando manejar con tanta ligereza los dineros de todos a cambio de nada

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