El pastel de la Caja


No ha gustado nada en el seno del Partido Popular abulense las intenciones de su partido en los despachos regionales de poner en marcha la ansiada fusión de cajas en Castilla y León. Si hace unos días era el alcalde de Ávila, Miguel Ángel García Nieto, el que salía a responder a las pretensiones de la Junta de Castilla y León de promover una fusión de las cajas de ahorros, las últimas manifestaciones han llegado de boca del presidente de la Diputación de Ávila y también presidente de la Caja de Ávila, Agustín González, que no dudó en expresar su rechazo a la propuesta del Partido Popular sobre las cajas y aseguró tratarse, como recogía Diario de Ávila, de una "provocación para ver como reaccionan unos y otros".
Agustín González, presidente de la Diputación de
Ávila: "La ponencia económica del Partido Popular sobre la integración de las
cajas es una especie de provocación para ver como reaccionan unos y otros"
(Diario de Ávila)
Como bien dejó entrever la nueva decisión de la Junta de posponer la construcción de la nueva Estación de Autobuses, andan revueltas las aguas en el seno de Partido Popular y lo que desde hace unos meses se podría calificar como desacuerdos, ahora es una guerra abierta. Hace simplemente unos meses, y más aún unos años, hubiera sido impensable ver a cualquier figura del Partido Popular de Ávila criticar una decisión del Partido Popular de Castilla y León. Ahora sí. ¿El motivo? Simplemente y llanamente el poder.
Caja de Ávila se ha convertido en el ansiado dulce de los políticos abulenses. "Ávila es de Caja de Ávila y Caja de Ávila es de Ávila" (Diario de Ávila). Declaraciones del presidente de la entidad, y que esconden una actitud localista y posesiva propia de políticos alejados de lo que verdaderamente preocupa y afecta a los ciudadanos, que no es precisamente esta fusión.
¿Ganará o perderá Ávila con esa supuesta fusión de cajas de la región? Quién sabe. Los últimos acontecimientos económicos han hecho que los principios financieros sobre los que apoyar este tipo de elucubraciones sean poco menos que quiméricas por no decir desacertadas.
Lo único cierto es que las rencillas y guerras internas de poder entre el Partido Popular de Ávila y el PP de Castilla y León están viviendo sus primeros episodios y sólo un golpe de autoridad en los despachos puede calmar un esperpento políticos al que le quedan muchos capítulos.

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