Todo sube, menos los sueldos

Día sí y día también, nos volvemos a despertar con noticias de las que dejan mal sabor de boca. Y es que si no tuvieramos poco con la subida del euribor, el IPC, la nueva iniciativa de factura del movil (esa es otra, queriendo que el que recibe llamada pague parte del coste) ahora el PSOE nos sorprende con una subida de la tarifa de la luz de entre el 7,3 y el 8,3%. Aunque parezca increible, y en medio de una crisis económica que abarca a todos los niveles de la sociedad, el señor ministro de Industria, Miguel Sebastián, ha entendido que las familias españolas despilfarramos la energía y ha optado por un gravamen (un 5,6% por encima de la inflacción actual) que afecta en mayor medida a los hogares que a las empresas. Fuera de fórmulas matemáticas economicistas que defiendan o critiquen esta medida, la lógica común es simple y llana consejera ante una medida que va a sumir en una mayor crisis a muchos hogares, que ahora difícilmente llegan a fin de mes. Mientras que los sueldos no suben, el gobierno socialista se ha empeñado en el último año en apertar las cada vez más maltrechas arcas domésticas... Quizá, y sólo quizás, la sensación de despilfarro a la que aluden para poner esta iniciativa en marcha sea más propia de los políticos. Mientras que los sueldos de los trabajadores no se mueven, los impuestos y precios siguen en una escalada constante cuyo fin no parece vislumbrarse ante una ciudadanía que parece impasible y aletargada ante estos hechos... La sensación de que este país necesita una huelga general parece cada vez más cercana...

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