Call of Duty 4 Modern Warfare

Indispensable. Así podría resumirse la penúltima creación de Infinity Ward, que volvían a tomar los mandos en la programación de su gran saga, Call of Duty, un producto que nacía hace 6 años (2003) como el gran rival del consolidado 'Medal of Honor' y con el claro objetivo de arrebatarle el trono a base de una receta tan simple como complicada: el realismo. Para muchos un subproducto, para otros el mejor precursor (ya he vivido estas situaciones con FIFA y PRO Evolution Soccer) de la gran contienda mundial, lo cierto es que Call of Duty 4, Modern Warfare es, junto a su hermano mayor, el cual aún no he tenido la oportunidad de probar, uno de los juegos que mejor representan el escenario de una guerra moderna (que no futurista como Killzone o Halo).

Y es que en su cuarta entrega Infinity Ward apostó por trasladar la saga de los escenarios de la II Guerra Mundial a Oriente Medio y Rusia. Un argumento en el que manejaremos tanto a miembros del cuerpo de Marines como de las S.A.S. para, en una acción conjunta, evitar que el planeta sea pasto de la amenaza nuclear.
Más allá de los trazos del argumento, el cual no pasa de largo en un shooter adictivo como pocos, Call of Duty hace su entrada en la nueva generación con un elevado nivel gráfico, de lo mejor, con una jugabilidad asombrosa pero sobre todo con un producto que no debe faltar en cualquier estantería.
Call of Duty 4 nivela a la perfección las pausas con las exigencias de guión en las que se hace obligatorio llevar el ritmo de tus compañeros de misión. No son pocas las misiones pero destacan, por encima de todas, el asalto a una ciudad de Oriente Medio, cuyos trazos recuerda a la reconocida 'Black Hawk Down Derribado', o la misión por una inhóspita ciudad rusa a los mandos de un francotirador. Y es que en este juego de la paciencia y el sigilo de los especialistas a la locura de la guerra callejera moderna no hay más que un par de segundos de carga.
En definitiva, un juego de 10 que presenta un modo online igual de atractivo.