La sensación está en la calle y el Equipo de Gobierno del Partido Popular no es ajeno al sentimiento de que la crisis económica se ha instalado también en las arcas municipales. Con IU y PSOE pidiendo cuentas al PP, el concejal de Economía no ha dudado saltar a la palestra con el fin de mandar un mensaje de tranquilidad a unos ciudadanos ajenos, como todos, a la verdadera situación de las cuentas públicas. Tras desaparecer de los objetivos de financiación de la Unión Europea, el Partido Popular dejó Ávila y sus cuentas a merced del ladrillo. Como en otros muchos municipios, los populares no dudaron en dejar de lado las gestiones industriales, ni la crisis de Lear les movilizó, para centrar el futuro de Ávila en la construcción. Varios años después, y con una ciudad convertida en foco de inversión, que no de residencia, de muchas personas que vieron en sus cientos de pisos vacíos una oportunidad de negocio (a la par que una escalada económica para los abulenses que buscaban piso para vivir), las vacas flacas han llamado a la puerta. En medio de una crisis en la construcción, Ávila se ha dado cuenta que tiene más oferta que demanda. ¿Y ahora qué? Pues ahora los constructores, que han invertido su dinero en parcelas, parecen carecer de dinero líquido para adquirir más terrenos, panacea del Ayuntamiento para salir de la crisis. ¿Solución? El Equipo de Gobierno del Partido Popular no da la sensación de manejar ninguna salvo dejar pasar el tiempo...Mal asunto.
La sensación está en la calle y el Equipo de Gobierno del Partido Popular no es ajeno al sentimiento de que la crisis económica se ha instalado también en las arcas municipales. Con IU y PSOE pidiendo cuentas al PP, el concejal de Economía no ha dudado saltar a la palestra con el fin de mandar un mensaje de tranquilidad a unos ciudadanos ajenos, como todos, a la verdadera situación de las cuentas públicas. Tras desaparecer de los objetivos de financiación de la Unión Europea, el Partido Popular dejó Ávila y sus cuentas a merced del ladrillo. Como en otros muchos municipios, los populares no dudaron en dejar de lado las gestiones industriales, ni la crisis de Lear les movilizó, para centrar el futuro de Ávila en la construcción. Varios años después, y con una ciudad convertida en foco de inversión, que no de residencia, de muchas personas que vieron en sus cientos de pisos vacíos una oportunidad de negocio (a la par que una escalada económica para los abulenses que buscaban piso para vivir), las vacas flacas han llamado a la puerta. En medio de una crisis en la construcción, Ávila se ha dado cuenta que tiene más oferta que demanda. ¿Y ahora qué? Pues ahora los constructores, que han invertido su dinero en parcelas, parecen carecer de dinero líquido para adquirir más terrenos, panacea del Ayuntamiento para salir de la crisis. ¿Solución? El Equipo de Gobierno del Partido Popular no da la sensación de manejar ninguna salvo dejar pasar el tiempo...Mal asunto.
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