
En la última semana se habían sucedido las noticias, protestas e incluso disculpas (por el Delegado Territorial de la Junta) sobre la ausencia de especialistas en Ávila, lo que obligó y obligará al menos durante tres o cuatro meses, según apuntan los gerentes del Hospital, a que parte de los enfermos se traslade a Salamanca para recibir tratamiento mientras otros son atendidos en Ávila por facultativos de esa ciudad.
Resulta bochornoso que un paciente afectado de cáncer se vea en esta tesitura por el mal hacer, o mejor dicho deshacer, de los gestores y políticos del Partido Popular de la Junta de Castilla León. Y es que en toda esta trama de desaciertos no hay que olvidar que bajo su responsabilidad un servicio tan importante como Oncología se ha quedado desierto.
Bajo pomposas inauguraciones, fotos y declaraciones a los medios,
la gestión de la sanidad en esta comunidad se encuentra bajo mínimos y preocupantemente bajo la sombra de la sospecha de la privatización.
¿Por qué los médicos no quieren las plazas abulenses? ¿Por qué no estaba cubierta esa tercera plaza antes de producirse esa baja? Por desgracia el 'granero del PP' parece impasible incluso cuando se juega con su salud.
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