
No paran ni censan, mes tras mes, las quejas de unos y otros por el mal, pésimo o simplemente deficiente servicio de trenes en
Ávila. Mal que pese a algunos o moleste a otros, lo cierto es que el sistema ferroviario abulense no es precisamente 'jauja'. Y digo mal que pese a unos u otros porque en realidad la situación actual no es más que la consecuencia de la política de los que llevan corbata y de los que no. O para que se entienda mejor, del
PP y el
PSOE. Si bien es cierto que las deficiencias en temas de infraestructuras requieren algo más que dos días o cuatro años, algo que deberían apuntarse en su
bloc de notas los
Acebes,
Sebastianes,
Díaz de Meras y compañía a la hora de criticar, esta realidad no debe esconder una excusa que comienza a
proliferarse entre los socialistas, que en estos cuatro años poco o nada han puesto en marcha, por lo que los abulenses seguiremos sin contar otros cuatro más sin unos servicios que otros si parecen tener derecho a tenerlos. Y es que si a las malas infraestructuras añadimos los continuos retrasos, el mal funcionamiento de los servicios, horarios no adaptados a los abulenses, etc, el resultado es un servicio ferroviario de suspenso.
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