En los últimos meses estamos atendiendo a una marabunta de huelgas provocadas por la búsqueda de la paridad salarial entre tocayos de profesión separados por fronteras autonómicas a veces más espinadas que las estatales. Si hace pocos meses fueros los funcionarios de justicia y médicos, ahora llega el turno a la Policía Nacional, que pide una equiparación salarial con las policías autonómicas. ¿Justa o injusta? Según se vea... Y es que si bien podemos considerar que, aunque policías, sus pagadores son distintos y sus funciones también, no menos justo es que como profesionales del mismo sector todos cobren lo mismo. Ahora bien. Según esta teoría y esta práctica este país puede sufrir una avalancha de huelgas y parones en todos los sectores laborales...¿Por qué un fontanero en Ávila debe cobrar menos que un fontanero de Barcelona? ¿Por qué un jardinero de Badajoz cobra menos que uno de La Coruña?... Podríamos estar hasta la eternidad poniendo ejemplos pero lo cierto es que bajo el paraguas de un estado no intervencionista estas reclamaciones tienen una base débil aunque moralmente y éticamente justa. Por eso, si el estado apoya la reivindicación de unos debería hacerlo por igual con todos... Aunque cada vez tengo más la impresión de que en este país no somos todos iguales.
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